jueves, 17 de abril de 2008

COLEGIO DIOCESANO JUAN PABLO II: 20 AÑOS EDUCANDO CON CALIDAD

Nos permitimos reproducir el texto del plegable de celebración de los 20 años del Colegio Diocesano Juan Pablo II, con un poco de historia de la institución, como un homenaje de reconocimiento a la labor cumplida en pro de la educación en nuestro municipio:


“ESCUELA APOSTÓLICA JUAN PABLO II”

"Mediante decreto Nro. 3 de 1988, el Excelentísimo Señor Joaquín García Ordoñez obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, por la gracia de Dios y voluntad de la Santa Sede Apostólica, se crea la “Escuela Apostólica” de Ituango como filial del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino y bajo la protección de la Virgen Santísima.

Durante más de 20 años, la Institución ha venido formando innumerables jóvenes ituanguinos y de otras regiones del departamento en las tres dimensiones que han sido la guía para brindar una educación integral: Disciplina, vida espiritual y formación académica. Para tal fin, han sido nombrados como rectores, a través de la historia, un selecto grupo de sacerdotes diocesanos que con su testimonio de vida, entrega, perseverancia y dedicación le han dado continuidad a esta obra educativa durante 4 lustros.

Pbro. LISANDRO GUERRA ARANGO 1988 -1989
Asumió el cargo como primer rector de la recién fundada “Escuela Apostólica”, siendo a la vez, párroco de Santa Bárbara Ituango.
Con él un distinguido grupo de formadores, entre los que se encontraban el Pbro. Ernesto Gómez, Pbro. Héctor Gallego y el Dno. John Jairo Castañeda, quienes impulsaron las Institución con 20 estudiantes que llegaron a cursar el grado sexto.

Pbro. CARLOS MARIO GÓMEZ FERNÁNDEZ 1989-1990
Ya con 33 alumnos, inicia su labor como rector al lado del Pbro. Oscar Lopera como director espiritual, quien a la vez, era párroco de La granja.
En su tiempo como rector, habituó un campo deportivo para la diversión y el sano esparcimiento de los estudiantes.
Logró la aprobación de estudios de los grados sexto y séptimo por la Secretaría de Educación y Cultura del departamento de Antioquia

Pbro. HECTOR GONZÁLO ARANGO MAZO 1990 –1991
En compañía de los presbíteros Francisco Javier Londoño, Alejandro Múnera Tobón y Ernesto Gómez Echeverri logra la aprobación de los grados octavo y noveno con el apoyo de la Secretaría de Educación.
Logró el diseño del escudo y la bandera Institucionales.

Pbro. HÉCTOR AUGUSTO RÚA VÉLEZ 1992-1994
· Estuvo acompañado por los presbíteros Jhon Jairo Mesa como director espiritual y Ernesto Gómez como educador.
· Ese año se modifica el nombre de la Institución, llamándose en adelante “Seminario Menor de Ituango”.
· En el año 1993, es nombrado como director espiritual el Pbro. Gabriel Álvarez Cossio.
· El 24 de septiembre del 93, visita el seminario el señor escritor, cuentista, novelista, dramaturgo y poeta Fernando Soto Aparicio, quien plasma en el historial estas líneas: “Mi deseo es que todos quienes buscan la luz, la encuentren. No para sí solos, sino para que la comuniquen a los demás.

“COLEGIO DIOCESANO JUAN PABLO II”

Pbro. JOSÉ GREGORIO RODRÍGUEZ ABELLO 1995-1996
Realiza grandes mejoras en la planta física de la Institución entre ellas, la unidad sanitaria y la plancha donde actualmente se encuentra la biblioteca.
Se da la primera visita del nuevo Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos Jairo Jaramillo Monsalve, acompañado del Vicario general Mario Álvarez y del Vicario de pastoral William Ruiz, quienes en reunión con el señor Rector y los párrocos del municipio, deciden cambiar la razón social de la Institución que en adelante se llamará “Colegio Diocesano Juan Pablo II”.

Pbro. FRANCISCO LUIS ÁNGEL FRANCO 1996-1997
Estuvo acompañado por el Pbro. Oscar Fernando Palacio Villa como profesor de Educación religiosa.
A partir de este año se permiten alumnos internos y externos.
Adecuó la placa polideportiva.

Pbro. OSCAR FERNANDO PALACIO VILLA 1997-1998
El colegio pasó de ser masculino a mixto y es el año que más alumnos ha tenido el colegio en su historia.
En el año 1999 se da la primera promoción de bachilleres.
Gestionó la construcción de la biblioteca.

Pbro. FRANCISCO SANTIAGO CALLE ROLDÁN 1998-1999
Fue rector durante un año, llevando las riendas de la Institución desde el municipio de Santa Rosa de Osos, sede de la Diócesis.

Pbro. MARTÍN HORACIO ZAPATA AMAYA 2000-2005
Promueve la probación de la básica ciclo secundaria y la media académica, mediante la resolución 8735 del 1 de noviembre de 2000.
Logra restaurar los techos del colegio y hace grandes aportes ornamentales a la planta física de la Institución lo que dio un ambiente alegre a la casa.
Inaugura la primera sala de sistemas del colegio.
Consigue que el colegio ocupe el primer puesto en las pruebas ICFES del norte antioqueño, acontecimiento que da gran renombre a la Institución.
Adquiere el laboratorio virtual.

Pbro. EDUIN ALBERTO SALAZAR GIRALDO 2005
Estuvo solamente 6 en la Institución. Posteriormente, fue nombrado vicerrector de la Fundación Universitaria del Norte.
Gestionó la consecución de 10 equipos para la adecuación de una nueva sala de sistemas.

Pbro. JORGE EDUARDO ARIAS SALAZAR
Adecuó la nueva sala de sistemas.
Cambió los uniformes de gala para los hombres y de educación física en general.
Realizó grandes aportes en la ornamentación de la planta física, entre los que se destacan el retablo de la capilla.

En la actualidad, se encuentra al frente del Colegio Diocesano “Juan Pablo II” el Pbro. Édison Alberto Echavarría Monsalve, oriundo del municipio de Liborina, quien asociado al cibercolegio, quiere impulsar la virtualización de algunas áreas, con el fin de formar a los estudiantes en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

El Colegio Diocesano Juan Pablo II, ha contado siempre con el firme propósito de educar a todos sus estudiantes en valores humanos y cristianos como los plasmados en el escudo institucional: “Virtud, fortaleza y ciencia”. Ha tenido como objetivo el buen rendimiento académico, de ahí que muchos de sus exalumnos sean desatacados universitarios y profesionales en la actualidad. Del mismo modo, es un orgullo reconocer que durante 20 años de servicio educativo se han graduado como bachilleres académicos 126 alumnos en 9 promociones. Es de recalcar que entre los exalumnos del Colegio se destacan los presbíteros Jhon Mario Mazo Palacio, Bernardo Rojas Piedrahíta y Nelson de Jesús Correa Mazo, que prestan en la actualidad sus servicios pastorales en nuestra Diócesis de Santa Rosa de Osos

Agradecemos a todos los directivos, docentes y personal administrativo que han pasado por la Institución, dejando huellas imborrables de sabiduría, esmero y dedicación; grandes maestros, amigos y consejeros que sin lugar a dudas marcaron la historia personal de cada estudiante que formó parte de esta comunidad educativa, algunos de ellos son: Pbro., Héctor Gallego, Pbro. José Alejandro Múnera, Pbro. John Jairo Mesa Loaiza, Pbro. Gabriel Jaime Álvarez Cossio, Pbro. Iván Darío Suárez, diácono John Jairo Castañeda Toro, Fernando Alonso Calle, María Celina Arango, Álvaro Andrés Balbín, Jesús María Herrera, Luís Eduardo Montoya, Heriberto Lopera, Delaskar Morales, , Pablo Felipe Ardila, Luís Fernando Upegui Cardona, Julio Hernán Chancí, Víctor Danilo Álvarez, Víctor Hugo Graciano, Miguel Ángel Moreno Loaiza, Jaime Rodrigo Castrillón, Heriberto de Jesús Arango Rodríguez, Arturo Moreno Areiza, Germán de Jesús González, Fabián de Jesús Mejía, Orlando Bonilla Sánchez, José Miguel Usuga Castro, Edwin Noraldo Espinal Balbín, Moisés de Jesús Guzmán Pérez, Luis Alfonso Molina, Alba Regina Bedoya, Gil Francisco De Hoyos Soto, Moisés de Jesús Guzmán Pérez, Jesús Iván Graciano, Diego Fernando Roldán Gómez, Oscar Alonso Cardona González, Víctor Hugo Castro Marín, Nubia Restrepo Roldán, Pax Zulima Bastidas Portocarreño, José Alcides Jaramillo Valle, Diego Alberto Piedrahita Marín, Gloria Elena Toro Giraldo, Jorge Jaime Paredes Gómez, José Donaldo Areiza Macías, Astrid Elena Mena Córdoba, Girleza Enid Álvarez López, Liliam Yepes Betancur, Claudia Patricia Henao Patiño, Mónica María Muñoz Muñoz, Deissy Alejandra Machado Marín, Miriam Monsalve Sierra, Olga Lucía Carvajal Zapata, Jorge Bairon Espina Balbín, Lucelly de Jesús Agudelo Mazo, Eugenia de los Dolores Álvarez Calle, Luis Albeiro Montoya Londoño, Víctor Rojas Piedrahíta, Miriam Bohórquez Jaramillo, Jorge Elías Giraldo Restrepo, Edgar Fredy Herrara Jaramillo, Dora Elena Agudelo Upegui, Fernando Graciano, Gabriela Patricia Areiza Tobón, Ana Rut Arenas Caro, Carlos Mario Montoya, Hugo Alejandro Espinal Marín, Víctor Hugo Muñoz Areiza, Karen Patricia Almanza Méndez, Duque, Roger Giovanny Chica Jaramillo,

Dios bendiga a todos los que han contribuido al crecimiento, sostenimiento y calidad del Colegio Diocesano “Juan Pablo II” en sus 20 años de labor formativa.

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LA EDUCACIÓN ABRE LAS PUERTAS AL MUNDO DE LA CIENCIA, AL MUNDO DE LA VIDA Y AL PLENO DESARROLLO DEL SER HUMANO

El Colegio Diocesano Juan Pablo II, desde sus albores, ha tenido como norte, una formación integral, fundamentada en los derechos y deberes del ser humano y en los valores que fortalecen su dignidad y lo llevan a ser miembro activo de una sociedad que espera y necesita personas que aporten a una auténtica convivencia.

Concientes de que Ituango es una tierra privilegiada por el Señor, debido al gran número de sacerdotes y religiosas que en este territorio nacen época tras época, el colegio Diocesano funcionó en sus inicios como seminario menor y durante 10 años brindó oportunidad a muchos jóvenes, más que todo campesinos, quienes escucharon el llamado del Señor.

Posteriormente, ofreció el bachillerato a jóvenes de ambos sexos de la comunidad, viendo la necesidad de una formación en valores religiosos, morales, éticos, y sociales, teniendo como paradigma, seguir las enseñanzas de Jesús.

El 23 de abril del presente año (2008) celebramos en nuestra Institución 20 años de existencia; 20 años que se deben al esfuerzo inmensurable de cada directivo y profesor del Colegio, de cada estudiante que ha sabido llevar en alto el nombre de la Institución, de la comunidad ituanguina; al incansable batallar de la Diócesis de Santa Rosa de Osos a la cabeza del Insigne Obispo Jairo Jaramillo Monsalve, que jamás ha escatimado esfuerzos para que nuestro Colegio siga siendo el “segundo hogar” de nuestros hijos. Y, sobre todo, no podemos olvidar el estandarte que va a la cabeza y que recorre cada uno de los rincones de nuestra Institución velando por la formación íntegra de nuestros hijos e invitándonos a vivir como familia diocesana, es líder, el guía, el norte… aquellas cinco letras que reúnen todo el universo ¡JESÚS!

BLASINA OMAIRA PALACIO
Madre de familia

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EL COLEGIO DIOCESANO JUAN PABLO II, ORGULLO DE ITUANGO

Para todos los Ituanguinos es un orgullo contar con una Institución Educativa como el Colegio Diocesano Juan Pablo II y hoy cuando está cumpliendo veinte años de fundado no podemos ser ajenos a reflexionar sobre lo que esta importante Institución ha sido para la educación en nuestro municipio.

Cuando el padre Edison me pidió de manera amable que como alcalde escribiera unas noticas sobre esta efemérides que hoy con alegría celebramos, me dio mucha alegría pues como Ituanguino y como nativo del barrio La Plazuela donde está ubicada esta Institución he sido testigo de la historia del colegio y si mi mente regresa a mis años de juventud recordar que esta hermosa casona construida toda de tapia por don Carlos Morales y por encargo del recordado sacerdote Luís Carlos Jaramillo Arango, fue inicialmente el refugio de niñas Juan XXIII, allí se educaron cientos de niñas de escasos recursos y provenientes del campo Ituanguino, el padre Jaramillo trajo una comunidad religiosa para que administrara la Institución, a mi me tocó conocer a las hermanitas de la Anunciación y a la inolvidable hermana Berenice de la Eucaristía que nos “alcagüetiaba” a los muchachos de la época permitiéndonos utilizar las instalaciones para nuestros juegos, además que nos dejaba coger zapotes en un frondoso palo ubicado donde hoy esta la cancha del colegio, cuando el padre Jaramillo fue trasladado de Ituango la institución empezó a decaer, se fue también la hermana Berenice, las pocas niñas que quedaban fueron trasladadas a un local que tenia la parroquia donde hoy esta la calle peatonal, mientras tanto en unos salones de la institución se dio inicio a la escuela Juan XXIII que luego fue llevada a su sede actual en el barrio el Carmelo, en los años ochenta se crea la parroquia del Carmelo bajo la dirección del Padre Ernesto Gómez y mientras se construye el actual templo la naciente parroquia tiene su sede en estas instalaciones, me haría largo en contar todo lo que significó para el barrio la llegada de ese gran líder como Ernesto Gómez, cuando es concluido el actual templo la parroquia deja esta sede y mientras tanto el padre Lisandro Guerra párroco de Santa Bárbara, había iniciado en estas instalaciones el Seminario Menor Juan Pablo II que fue el inicio de esta importante Institución Educativa que hoy es orgullo de nuestro pueblo.

En estos veinte años recuerdo a sacerdotes que han pasado por la institución dejando cada uno su huella: los sacerdotes Oscar Palacio, Francisco Ángel, Gregorio Rodríguez, Martín Zapata, Jorge Arias y hoy el Joven padre Edison , a todos ellos, a los educadores y a los que de pronto olvido unas gracias a nombre del pueblo Ituanguino por esta bonita Institución que nos han regalado y que esperamos que por siempre permanezca en nuestro municipio, también el agradecimiento a ese gran líder espiritual que tenemos en el norte de Antioquia monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, ya que ha sido fundamental para que la Institución esté cumpliendo hoy estos veinte años brindando educación a nuestros jóvenes.

De nuevo mis parabienes y felicitaciones a la comunidad educativa del Juan Pablo II, a los padres de familia y que sepan que cuentan con mi apoyo total para que esta institución siga siendo orgullo de Ituango

CARLOS MARIO GALLO MACHADO
Alcalde de Ituango

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RECORDAR ES VIVIR…

Todavía recuerdo como si fuera ayer esos días en los que imploraba por que el año terminara, esos días en los que levantarme para ir al colegio era casi una tortura, esos días en los que la única motivación era saber que pronto terminaría.

Quería estar rodeada de gente llena de ilusiones, quería sentirme aceptada, quería estar en un lugar donde no me sintiera juzgada. Sólo deseaba que se acabara; añoraba, como solía pensar, dedicarme a “lo mío”, empezar a hacer mi vida. No quería estar allí.

Hoy al mirar atrás y recordar esa época, lo único que puedo hacer, es reír; reír y sonrojarme…

La verdad, extraño demasiado el lugar donde la competencia era sana, ese lugar donde las “malas intenciones” de las personas, ahora que lo recuerdo, parecen un chiste, ese lugar donde jugaba a las escondidas en la biblioteca, ese lugar donde podía estar segura de lo que era, ese lugar donde mi vida empezó, ese lugar donde podía ser yo.

Infinidad de noches he soñado con las clases de matemáticas de Oscar, con los exámenes estresantes de química con Molina, con los golpes de “Carreño” en la repisa del salón, con las peleas y las miles de visitas que mi mamá hizo a la rectoría…

La verdad, estoy segura que esos sueños que cada vez me hacen reír más, son la muestra del deseo gigante de poder volver, de estar en ese majestuoso lugar al que quiero y extraño tanto. Esos recuerdos dejan ver las ganas de estar en el lugar que dejó personas importantísimas en mi vida. Esos sueños, son ese deseo de poder volver y decirle a las personas que estuvieron allí conmigo: “GRACIAS”.

Gracias por moldear la persona que mi papás hicieron de mí, gracias por hacer crecer esos deseos de ser alguien, gracias por enseñarme a soportar los golpes duros de la vida (y por dármelos a veces), gracias por ayudarme a ser fuerte, gracias por enseñarme mil cosas que hoy hacen de mí la persona que soy.

LAURA PÉREZ ARENAS
Ex alumna de la Institución

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REMEMBRANZA
Empezaba apenas el año 1996, cuando por circunstancias de la vida que aun no logro comprender, siendo 20 de enero llegué a trabajar a este lugar como profesor de Ciencias Naturales e Idioma extranjero Inglés, al mismo tiempo que desempeñaba el cargo de Coordinador de Disciplina , bajo la tutela del presbítero Francisco Luís Ángel Franco como rector.

El colegio Diocesano, que para aquella época se llamaba Escuela Apostólica Juan Pablo II, contaba sólo con algunos alumnos de sexo masculino y hasta el grado noveno, por cierto era muy poco personal , no llagaba a 60 estudiantes .

Han trascurrido tantas cosas en estos doce años que llevo de formador en este lugar que para contarlas todas se necesitaría un libro , aquí sólo narraré algunos detalles de mi estadía en esta morada.

Recuerdo muy bien cuando llegué una casona vieja y despintada, llena de agujeros y telarañas, pero sus dirigentes poco a poco, quien más quien menos, no sin esfuerzos, han logrado darle otra cara. Hoy luce elegante y con altura a la medida de los buenos colegios; así, por ejemplo, es innegable el gran servicio y proyección a la comunidad que presta la sala de INTERNET, donde poco a poco los alumnos y personas de la comunidad ituanguina se van enamorando de ella y la utilizan para realizar sus cursos básicos y profesionales.

Esta institución pequeña, ha hecho historia, ya cuenta con algunos profesionales que se graduaron acá como bachilleres ( Promoción 1991, la primera ), odontólogos, psicólogos, sacerdotes, maestros y otros que están a las puertas de lograr otro titulo . Y así, la gran mayoría de alumnos que han pasado por aquí, de alguna modo son hombres y mujeres con perfil social, económico y religioso muy positivo lo que llena de sano orgullo a sus dirigentes y educadores.

Sabemos que esta es una comunidad pobre y como tal le cuesta mucho el sostenimiento de los muchachos en una Institución en la que es necesario pagar una pensión, sin embrago notamos el gusto con que los padres de familia sufragan los gastos del estudio de sus hijos, todo porque le ven sentido a la formación que aquí se brinda.

Como mencionaba antes, he sido testigo del paso del tiempo a través de la historia y he visto cómo cambian las cosas; he visto el afán y la preocupación de cada sacerdote, que aquí llega, por dejar muy en alto la capacidad de la pastoral Educativa de la Diócesis, la cual siempre está buscando mejorar la calidad humana, social y espiritual de sus feligreses; también he sido testigo de sus sufrimientos, afanes y preocupaciones por continuar con la labor educativa del colegio que desde el 2003 para acá, año tras año, parece que se cierra ; sin embargo, es tanto su afán, su ingenio y creatividad , su interés por la educación, que aunque varias veces ha estado esta frágil navecilla a punto de hundirse en los remolinos de la vida, vuelve y se levanta con nuevos deseos y nuevos ánimos . Esperan todos los habitantes de Ituango, interesados en el Colegio Diocesano, que esta nueva administración no sea la excepción.

Espero con toda honestidad que esta pequeña grey educativa nacida en 1988, como el grano de mostaza que narra la parábola del Evangelio de San Mateo, la cual pinta un comienzo insignificante y un final desbordante , sea una fuerza trasformadora en la historia de forma irreversible , que siga sirviendo al municipio y dando frutos abundantes.

LUIS ALFONSO MOLINA MAZO
Docente"

Escríbanos a:

coloniadeituango@gmail.com, coloniadeituango@hotmail.com

1 comentario:

Luz Albanny Osorno Zapata dijo...

Me convoca a escribir este comentario el felicitar al Colegio Diocesano Juan Pablo II en su aniversario, deseándole cumpla muchísimos años más "EDUCANDO CON CALIDAD"; y que bueno es decir esto con la convicción de que no responde sólo a un eslogan para la celebración de sus 20 años, pues como exalumna tengo la experiencia de que es una realidad. Ojalá el encuentro que día tras día tienen directivos, docentes, estudiantes y padres de familia, fortalezca a la Institución y la inste a la continuidad en la promoción de los valores, la buena educación y el planteamiento de que la superación personal es más gratificante cuando está al servicio de la comunidad.
Me siento orgullosa de haber hecho parte de esta familia diocesana, y de conservar en la memoria el transcurrir de 5 años en los que el despertar cada mañana me remitían al quehacer académico dentro de aquella antigua arquitectura, y a la convivencia con alrededor de cien compañeros, a los que reconocía no por compartir el grado sino por ser del Diocesano y tener solapadamente ideologías, actitudes, proyectos de vida...en común, eso mismo que aun hoy nos hacen ver a alguien e identificarlo "¡ve! del diocesano".

En fin, que Dios derrame miles de bendiciones sobre nuestro Colegio y sobre nuestro municipio.

Luz Albanny Osorno Zapata
Exalumna Colegio Diocesano Juan Pablo II